En el contexto de un reportaje de La Prensa sobre el acelerado incremento de la deuda estatal, publiqué este pequeño artículo de opinión. Pueden encontrar el inició del reportaje aquí, y la continuación en Economía aquí.
Y aquí el Reporte Trimestral de la economía y las finanzas públicas al 31 de marzo de 2011.
Enfoque
Deuda y salud financiera
Por Diego E. Quijano Durán
La Prensa, 18 de julio de 2011
El indicador Deuda Pública/PIB ha cobrado gran popularidad, pero resulta extraño que se use una medida que es influida por el gasto estatal para determinar el peso de la deuda estatal.
Mejor utilicemos un método más sencillo e intuitivo. Para analizar la salud financiera del Gobierno mejor compararemos sus ingresos totales frente a sus gastos totales, tal como se haría con una empresa. Si hay un déficit (pérdida), el Gobierno requiere endeudarse o vender activos para cubrir sus gastos; si hay un superávit (ganancia) podría amortizar parte de la deuda, reservar para emergencias o reducir impuestos. Utilizando este método, el déficit fiscal fue de 4% en 2009, 7.4% en 2010 y 14.7% en el primer trimestre de 2011. Es decir, el Gobierno gastó, en 2009, $252 millones más de lo que ingresó; en 2010, $511 millones más, y, en el primer trimestre de 2011, $264 millones más. En 27 meses, el Gobierno acumula un déficit de $1,027 millones.
Más gasto público no puede cambiar esta tendencia deficitaria. La realidad es que gran parte del gasto público obedece a criterios políticos y no de sostenibilidad financiera.
Ello implica una destrucción de escaso capital y, por tanto, un freno a la creación de riqueza.
Y aquí el Reporte Trimestral de la economía y las finanzas públicas al 31 de marzo de 2011.
Enfoque
Deuda y salud financiera
Por Diego E. Quijano Durán
La Prensa, 18 de julio de 2011
El indicador Deuda Pública/PIB ha cobrado gran popularidad, pero resulta extraño que se use una medida que es influida por el gasto estatal para determinar el peso de la deuda estatal.
Mejor utilicemos un método más sencillo e intuitivo. Para analizar la salud financiera del Gobierno mejor compararemos sus ingresos totales frente a sus gastos totales, tal como se haría con una empresa. Si hay un déficit (pérdida), el Gobierno requiere endeudarse o vender activos para cubrir sus gastos; si hay un superávit (ganancia) podría amortizar parte de la deuda, reservar para emergencias o reducir impuestos. Utilizando este método, el déficit fiscal fue de 4% en 2009, 7.4% en 2010 y 14.7% en el primer trimestre de 2011. Es decir, el Gobierno gastó, en 2009, $252 millones más de lo que ingresó; en 2010, $511 millones más, y, en el primer trimestre de 2011, $264 millones más. En 27 meses, el Gobierno acumula un déficit de $1,027 millones.
Más gasto público no puede cambiar esta tendencia deficitaria. La realidad es que gran parte del gasto público obedece a criterios políticos y no de sostenibilidad financiera.
Ello implica una destrucción de escaso capital y, por tanto, un freno a la creación de riqueza.
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