Este sábado salió publicado este pequeño artículo celebrando la ausencia de un banco central en Panamá. Lo pueden encontrar aquí en La Prensa, sección de economía.
Coincide además con la presentación de una propuesta de reforma de la constitución por parte del Instituto de estudios para una Sociedad Abierta (ISA) a la Comisión de Reformas, en la que se incluía la garantía de libertad monetaria. Vea aquí. ISA defiende la libertad de uso de la unidad monetaria preferida por los agentes económicos. A esa misma idea va dirigido este artículo.
108 años sin banco central
Por Diego E. Quijano Durán
Enfoque, La Prensa, 23 de julio de 2011
Coincide además con la presentación de una propuesta de reforma de la constitución por parte del Instituto de estudios para una Sociedad Abierta (ISA) a la Comisión de Reformas, en la que se incluía la garantía de libertad monetaria. Vea aquí. ISA defiende la libertad de uso de la unidad monetaria preferida por los agentes económicos. A esa misma idea va dirigido este artículo.
108 años sin banco central
Por Diego E. Quijano Durán
Enfoque, La Prensa, 23 de julio de 2011
Opinión. Este año Panamá cumple 108 sin banco central. Escoja cualquier país vecino, revise su historia económica y verá que hay razón para celebrar.
Para empezar, durante un siglo nos hemos ahorrado los gastos en salarios, inmuebles y viajes de los directores. Además, los políticos han estado obligados a controlar su gasto al no tener un banco central que les cubriera el déficit con la creación de moneda.
Para empezar, durante un siglo nos hemos ahorrado los gastos en salarios, inmuebles y viajes de los directores. Además, los políticos han estado obligados a controlar su gasto al no tener un banco central que les cubriera el déficit con la creación de moneda.
No obstante, la consecuencia de mayor calibre ha sido la estabilidad de precios. Para dar un ejemplo, mientras que el alza del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Panamá entre 1990 y 2005 fue de 19.03%, en Costa Rica, fue de 790.64%.
Dicho de otra manera, lo que costaba $100 en 1990, en 2005 costaba $890 en Costa Rica y $119 en Panamá.
En 1980, Panamá sufrió la peor alza en el nivel de precios, un aumento de 13.8%. El mismo año en Brasil, los precios repuntaron 110%. Mientras que el alza del IPC en Panamá promedió 3% entre 1961 y 1997, en Brasil, entre 1990 y 1995, aumentó 764% cada año.
La estabilidad de precios nos ha dado a los residentes de Panamá una mayor seguridad económica que la mayoría de los países vecinos.
Por ejemplo, nuestros ahorros mantuvieron su valor mejor que los de los costarricenses o brasileños. Por otro lado, ello ha permitido los créditos a largo plazo. Durante décadas fuimos el único país latino con hipotecas a 30 años.
Aun más importante, la estabilidad de precios permite a los empresarios realizar un cálculo económico más preciso, creando las condiciones para una asignación de capital más eficiente.
Esto permite que se desperdicien menos recursos, pudiéndose distinguir con mayor claridad las áreas donde se necesita más urgentemente de aquellas donde no se le está sacando tanto provecho.
¿A qué se debe esta estabilidad de precios? A no contar con un sistema monetario manipulado por el estado. Explica el economista José Joaquín Fernández que “al no haber autoridad monetaria en Panamá, la cantidad de dólares que circulan en esa economía depende exclusivamente del sector productivo [...] Es por medio de la libre oferta y demanda de dólares que se regula la estabilidad monetaria de Panamá”. Y es que todo dólar que entra y sale o se intercambia en nuestro país se debe a una razón comercial o productiva.
Pero ahora el dólar está sufriendo las afectaciones de su manejo político y lo sentimos con el encarecimiento de la gasolina y de muchos insumos. La respuesta a ello no es crear un banco central, sino establecer la libertad monetaria, permitiendo el curso legal tanto de monedas privadas y estatales, sean estas fiduciarias o respaldadas por un activo. Era esto lo que los próceres de la nación tenían en mente cuando prohibieron el papel moneda de curso forzoso. Miguel Verzbolovskis no lo pudo haber dicho de manera más sucinta y clara: tener el dólar ha sido una ventaja coyuntural de larga vida, pero no tener banco central ha sido una ventaja estructural e institucional que debemos resguardar.
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