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Gasto público y procesos de mercado

Este enfoque, que aborda la dificultad de que se genere crecimiento económico con el gasto público y los objetivos rectamente entendidos de un gobierno, conviene leerlo con este artículo de Peter Schiff, que explica con mucha claridad porque es inefectivo el gasto público.


Gasto público y procesos de mercado
Por Diego E. Quijano Durán
La Prensa, 14 de agosto de 2011

Un déficit fiscal no puede revertirse aumentando el gasto público con la esperanza de que este genere un dinamismo económico que brinde ingresos lo suficientemente holgados como para cubrir el déficit en el siguiente período. Los procesos de mercado son procesos de ajuste y coordinación en el que cada persona va reaccionando y modificando sus planes ante las cambiantes circunstancias con miras a alcanzar sus fines de la manera que consideran más apropiada. Cuando el Gobierno interviene en la economía se generan desajustes debido a que sus acciones tienden a darse A base de criterios políticos y con menor eficiencia, lo cual causa obstáculos a los procesos de ajuste y coordinación.

En vista de que la situación en los mercados de valores se ha tornado inestable y que aparecen signos de que no ha habido ninguna recuperación económica en Estados Unidos, esperamos que el gobierno empiece a operar –al menos internamente– como si las cosas fueran a salir mal.

El éxito en las inversiones está en operar con un gran margen de seguridad, no alimentando una idea que pudiera quedarse como un castillo en el aire.

La inestabilidad actual en los mercados de valores se debe a que había una expectativa de una recuperación económica que no se está dando. Esta expectativa había sido generada por los programas gigantescos de gasto estatal.

Lo que estamos viendo ahora es la lamentable pero inevitable consecuencia de utilizar el gasto público y la expansión monetaria para paliar una recesión económica que había sido ocasionada en gran parte por previas intervenciones, como las políticas de crédito fácil de las bancas centrales internacionales.

El efecto principal de estas medidas ha sido posponer a futuro los ajustes necesarios, causando que los momentos dolorosos duren más y, al prolongarse, causen más resentimientos.

Esperamos que los rotundos fracasos de las políticas expansivas de gasto deficitario a la Keynes en estos últimos tres años, en países como Estados Unidos y España, sirvan para convencer a aquellos que todavía piensan que el dinamismo económico puede recuperarse a través del sector público.

No puede ignorarse que los recursos que tiene el sector público son detraídos de manera coactiva del sector privado. Por ello, la responsabilidad del Gobierno no debe ser dirigir el país, sino crear las condiciones para que se puedan dar los procesos de ajuste y coordinación en una sociedad de interrelaciones voluntarias, a saber, defender la propiedad privada, optimizar los órganos que administran justicia y mantener la paz.

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