Semanas atrás el economista Flavio Velásquez publicó este artículo de opinión respecto al tema del balboa. Coincidimos con su acertado análisis de los efectos negativos del balboa, pero nos parece peligroso que su solución no sea mantener al margen la capacidad de emisión monetaria del Estado Panameño, sino que básicamente proponga la creación de un banco central.
Así como Velásquez señala que el balboa "podría iniciar un catastrófico y suicida proceso de transformación de nuestro sistema monetario, bancario, financiero y económico de sistema abierto como siempre ha sido a sistema cerrado", lo mismo debe decirse del establecimiento de un banco central en Panamá. Bajo estas perspectivas sus críticas terminan siendo de forma (cómo lo está haciendo el gobierno), y no de fondo (el hecho de que lo esté haciendo).
Cabe resaltar que en días pasado la Fundación Libertad organizó su mensual "Freedom Hour" en el Restaurante Steinbock con el tema del balboa y con Flavio Velásquez como invitado.
El estable sistema monetario de Panamá
Flavio Velásquez
La Prensa, 15 de marzo de 2012
No es difícil anticipar las apocalípticas consecuencias que podría desatar la irresponsable corrida emprendida por el Gobierno Nacional contra el billete de un dólar de Estados Unidos. Me refiero a la posibilidad de que los panameños sigan el pésimo ejemplo mostrado por el Gobierno y decidan, también, atesorar dólares de todas las denominaciones, impulsados por la desconfianza, la inseguridad y el pánico monetario. Entonces, el dólar circularía de manera lenta y, eventualmente, desaparecería de la circulación si el Gobierno no detiene y revierte el proceso en curso de sustitución de dólares. En este caso correríamos el riesgo de extinguir nuestro ejemplar sistema monetario nacional.
Panamá es el único país del mundo en donde por más de un siglo sus gobernantes se han abstenido de ejercer el poder soberano de emitir papel moneda de curso legal, o sea que Panamá se ha abstenido de manejar discrecionalmente la liquidez del sistema económico y financiero nacional. Y esta renuncia, voluntaria e inteligente, a imprimir dinero y a manejar la liquidez, ha garantizado por más de un siglo una estabilidad monetaria ejemplar.
Pero, en estos momentos, marzo 2012, yo estoy notando una clara y altamente riesgosa acción especulativa del Gobierno Nacional contra el dólar de Estados Unidos que circula legalmente en Panamá. A saber, noto la intención política del Gobierno de atesorar dólares, retirándolos del sistema económico a cambio de la entrega de una moneda metálica de un balboa de curso legal. Esto en la práctica podría iniciar un catastrófico y suicida proceso de transformación de nuestro sistema monetario, bancario, financiero y económico de sistema abierto como siempre ha sido a sistema cerrado.
En mi opinión, el ejercicio continuado e incrementado de estas acuñaciones en curso afectará la estabilidad monetaria, complicará los pagos, las transacciones comerciales y, de manera inevitable, aceleraría la inflación de precios y la depreciación del valor real del balboa. Y hoy, técnicamente, el Gobierno está haciendo esto de manera irresponsable, sin que exista un marco legal reglamentario y una institución que asegure nuestra estabilidad monetaria.
O sea, se está emitiendo circulante como si fuese parte de las facultades de ordinaria administración del Gobierno.
Mi punto de vista, considerando la amplia escala cuantitativa de acuñación en curso y las futuras acuñaciones que han anunciado en los medios algunos funcionarios, es que esto no debe continuar y debe revertirse hasta que previamente se haya agotado un debate público responsable al respecto, y eventualmente se haya constituido un ente especializado, serio y profesional que, al margen de las necesidades políticas y presupuestarias del Gobierno, ejerza de manera autónoma esta importante facultad soberana del Estado, basado en los principios de mantener la estabilidad monetaria y el crecimiento económico.
Y en ningún caso, repito, ejercer esa facultad basado en las necesidades políticas y presupuestarias del Gobierno.
Pero estoy seguro de que si este asunto de permitir que el Gobierno maneje a su arbitrio la liquidez del sistema económico nacional se abriese a debate público, cosa que nunca se ha hecho, les aseguro que jamás será aceptado por la opinión empresarial y pública de Panamá.
Pero, mientras tanto, en estos momentos la sustitución del dólar de Estados Unidos ha determinado la desaparición de la denominación de un dólar de la circulación; creando no solo un motivo más de desconfianza, sino un grave entorpecimiento de los pagos en dinero efectivo. Eventualmente las gavetas de las cajas registradoras de los supermercados y de las tiendas de abarrotes no tendrían la capacidad necesaria para acomodar ni el volumen ni el peso de las monedas metálicas que sustituirían los dólares impresos.
Así como Velásquez señala que el balboa "podría iniciar un catastrófico y suicida proceso de transformación de nuestro sistema monetario, bancario, financiero y económico de sistema abierto como siempre ha sido a sistema cerrado", lo mismo debe decirse del establecimiento de un banco central en Panamá. Bajo estas perspectivas sus críticas terminan siendo de forma (cómo lo está haciendo el gobierno), y no de fondo (el hecho de que lo esté haciendo).
Cabe resaltar que en días pasado la Fundación Libertad organizó su mensual "Freedom Hour" en el Restaurante Steinbock con el tema del balboa y con Flavio Velásquez como invitado.
El estable sistema monetario de Panamá
Flavio Velásquez
La Prensa, 15 de marzo de 2012
No es difícil anticipar las apocalípticas consecuencias que podría desatar la irresponsable corrida emprendida por el Gobierno Nacional contra el billete de un dólar de Estados Unidos. Me refiero a la posibilidad de que los panameños sigan el pésimo ejemplo mostrado por el Gobierno y decidan, también, atesorar dólares de todas las denominaciones, impulsados por la desconfianza, la inseguridad y el pánico monetario. Entonces, el dólar circularía de manera lenta y, eventualmente, desaparecería de la circulación si el Gobierno no detiene y revierte el proceso en curso de sustitución de dólares. En este caso correríamos el riesgo de extinguir nuestro ejemplar sistema monetario nacional.
Panamá es el único país del mundo en donde por más de un siglo sus gobernantes se han abstenido de ejercer el poder soberano de emitir papel moneda de curso legal, o sea que Panamá se ha abstenido de manejar discrecionalmente la liquidez del sistema económico y financiero nacional. Y esta renuncia, voluntaria e inteligente, a imprimir dinero y a manejar la liquidez, ha garantizado por más de un siglo una estabilidad monetaria ejemplar.
Pero, en estos momentos, marzo 2012, yo estoy notando una clara y altamente riesgosa acción especulativa del Gobierno Nacional contra el dólar de Estados Unidos que circula legalmente en Panamá. A saber, noto la intención política del Gobierno de atesorar dólares, retirándolos del sistema económico a cambio de la entrega de una moneda metálica de un balboa de curso legal. Esto en la práctica podría iniciar un catastrófico y suicida proceso de transformación de nuestro sistema monetario, bancario, financiero y económico de sistema abierto como siempre ha sido a sistema cerrado.
En mi opinión, el ejercicio continuado e incrementado de estas acuñaciones en curso afectará la estabilidad monetaria, complicará los pagos, las transacciones comerciales y, de manera inevitable, aceleraría la inflación de precios y la depreciación del valor real del balboa. Y hoy, técnicamente, el Gobierno está haciendo esto de manera irresponsable, sin que exista un marco legal reglamentario y una institución que asegure nuestra estabilidad monetaria.
O sea, se está emitiendo circulante como si fuese parte de las facultades de ordinaria administración del Gobierno.
Mi punto de vista, considerando la amplia escala cuantitativa de acuñación en curso y las futuras acuñaciones que han anunciado en los medios algunos funcionarios, es que esto no debe continuar y debe revertirse hasta que previamente se haya agotado un debate público responsable al respecto, y eventualmente se haya constituido un ente especializado, serio y profesional que, al margen de las necesidades políticas y presupuestarias del Gobierno, ejerza de manera autónoma esta importante facultad soberana del Estado, basado en los principios de mantener la estabilidad monetaria y el crecimiento económico.
Y en ningún caso, repito, ejercer esa facultad basado en las necesidades políticas y presupuestarias del Gobierno.
Pero estoy seguro de que si este asunto de permitir que el Gobierno maneje a su arbitrio la liquidez del sistema económico nacional se abriese a debate público, cosa que nunca se ha hecho, les aseguro que jamás será aceptado por la opinión empresarial y pública de Panamá.
Pero, mientras tanto, en estos momentos la sustitución del dólar de Estados Unidos ha determinado la desaparición de la denominación de un dólar de la circulación; creando no solo un motivo más de desconfianza, sino un grave entorpecimiento de los pagos en dinero efectivo. Eventualmente las gavetas de las cajas registradoras de los supermercados y de las tiendas de abarrotes no tendrían la capacidad necesaria para acomodar ni el volumen ni el peso de las monedas metálicas que sustituirían los dólares impresos.
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