Lo que importa son los pobres
Diego E. Quijano Durán
Pequeño artículo de opinión publicado en el diario La Prensa el 25 de septiembre de 2010 como comentario sobre la desigualdad y la publiación del índice de desigualdad de ingreso de 2008 en Panamá.
http://www.prensa.com/hoy/negocios/2347841.asp
Diego E. Quijano Durán
Pequeño artículo de opinión publicado en el diario La Prensa el 25 de septiembre de 2010 como comentario sobre la desigualdad y la publiación del índice de desigualdad de ingreso de 2008 en Panamá.
http://www.prensa.com/hoy/negocios/2347841.asp
Al analizar la desigualdad de ingresos, hay que tener en cuenta que las estadísticas solo miden el consumo material en términos monetarios.
Imaginemos un hombre que vive en una área apartada, que no desea vincularse con la civilización moderna, prefiere vivir en un caserío con su familia, rodeado de naturaleza y seguir una vida tranquila, dedicándose a la agricultura, educando a sus hijos oralmente y disfrutando muchas horas con sus hijos. Esa persona puede sentirse inmensamente más rica que el más rico y, sin embargo, aparecería como el más pobre en la estadística que consideramos. Para él, esa calidad de vida es más importante que riqueza material.
Como problema adicional están las características del país. Por un lado, están los indígenas en las comarcas, que viven en regímenes de propiedad comunitaria, lo cual difícilmente permite crear riqueza. Ello significa que seguiremos viendo ese 95% de pobreza en esas áreas en el futuro, a menos que haya un cambio en su modelo económico.
Por otro lado, existe en Panamá una economía globalizada cuyos ingresos provienen del exterior. Se trata de la Zona Libre, servicios legales, o puertos de trasbordo. Todos los que trabajen en estos sectores están compitiendo con los mejores del mundo, y por tanto, sus ingresos van a depender de lo exitoso que sean en responder a sus clientes.
El comunismo de las comarcas y los sectores globalizados nada tienen en común, y la pobreza de la primera, no se debe a la riqueza de la otra. Estos puntos sesgan el significado de la estadística al estirar ambos extremos del índice.
Lo que nos debe preocupar es la situación de los pobres. Podemos imaginar dos situaciones. Situación A, en donde el rico gana 5,000 al mes y el pobre 100; y situación B, en la que el rico gana 10,000 al mes, y el pobre gana 300. Suponiendo que los precios en ambas situaciones son iguales, ¿qué situación es mejor? En la A hay menos desigualdad y en la B hay más desigualdad. Aún así, en la B el rico duplicó su ingreso, mientras que el pobre lo triplicó.
El enfoque, pues, no debe ser la desigualdad. La desigualdad es humana. Es por ella que existen maestros de la literatura como Gabriel García Márquez, o titanes del deporte como Lionel Messi o Mariano Rivera. ¿Sería el mundo mejor si limitáramos sus habilidades?
En lugar de arremeter contra la desigualdad de ingresos, hay que ver con buenos ojos que en cinco años la pobreza bajó en 4.1 puntos porcentuales. Hay que preguntarnos qué hacer para que siga bajando y qué puede hacer cada uno para ayudar al prójimo. Y luchar, eso sí, contra la desigualdad ante la ley.
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